Hoy hablaremos del rascacielos. Sí. Esos edificios particularmente altos que destacan por su altura sobre los demás edificios de alrededores.
Los primeros rascacielos aparecieron a finales del siglo XIX en ciudades con altos índices de población como Nueva York, Londres o Chicago.
El primer edificio considerado como rascacielos fue el Home Insurance Building, construido entre 1884 y 1885 y diseñado por el estadounidense William Le Baron Jenney.
Pero desde entonces ha llovido mucho y los rascacielos se han convertido en iconos de ciudades como Nueva York, Chicago, Tokio, Hong Kong, Shanghai, Dubai, etc.
Sin embargo, hoy nos centramos en el Hong Kong and Shanghai Banking Corporation. Un rascacielos único situado en Hong Kong y cuyo arquitecto no es otro que Norman Foster.
Norman Foster, de nacionalidad inglesa, es el arquitecto más famoso del mundo. Sus obras se localizan en más de cincuenta países de los cinco continentes y ha recibido más honores y reconocimientos que ninguna otra estrella del firmamento arquitectónico internacional.
Por eso, Norman Foster supo que estaba ante una oportunidad única cuando recibió el encargo de crear el mejor edificio del mundo en su especie. Más allá de la arrogante exhibición de su estructura y del extraordinario presupuesto de la construcción más cara del momento, la sede central del Banco de Hong Kong y Shanghai supuso la renovación tipológica del edificio de oficias en su expresión más audaz, la torre. Con esta obra Foster obtuvo el definitivo reconocimiento internacional.
La adaptación a un singular contexto urbano en la zona más exclusiva del barrio central de negocios de Hong Kong, la elección del proceso constructivo a emplear y los apretados plazos impuestos por la entidad serían determinantes para diseñar y ejecutar un edificio colosal en un tiempo récord.
El Hong Kong Bank convocó en el verano de 1979 un concurso restringido entre siete estudios de arquitectura de Australia, Inglaterra, Hong Kong y Estados Unidos, que aportaron diversas soluciones para la sustitución del viejo edificio de la compañía, construido en 1935.
El banco anunciaba en octubre de 1979 la designación por unanimidad de Foster Associates como equipo ganador.
La propia construcción del edificio fue todo un ejemplo de alto rendimiento. Las obras dieron comienzo en noviembre de 1981 y en junio de 1985 el banco tomaba posesión de la primera fase del edificio. El secreto de semejante éxito consistió en la adecuada planificación de una obra concebida como taller de montaje de piezas producidas en la región del mundo donde se obtuviera la mejor solución para cada elemento requerido.
El edificio se había diseñado como el ensamblaje de elementos prefabricados, estudiados a conciencia mediante multitud de planos, maquetas, prototipos y ensayos previos, en uno de los ejercicios más característicos del método de trabajo de Norman Foster, el control total del diseño, la producción y la puesta en obra de los componentes de sus construcciones.
Cuando el 7 de abril de 1986 se inauguraba oficialmente la sede de la Hong Kong and Shanghai Banking Corporation, el mundo entero contemplaba una construcción única en su especie. Norman Foster había cumplido sobradamente el encargo inicial. De hecho, proporcionó a la cultura arquitectónica la reinvención del rascacielos, un tipo de edificación que venía repitiendo un esquema clásico en el que apenas cabían pequeñas innovaciones de estilo.